La Universidad de Buenos Aires (UBA) informó este miércoles la suspensión de la emergencia presupuestaria declarada el 10 de abril en respuesta a los recortes en la educación pública impulsados por el gobierno de Javier Milei. La decisión fue resultado de un acuerdo alcanzado con el Gobierno nacional para actualizar su presupuesto, tomada durante una reunión del Consejo Superior de la UBA. «No aceptamos que haya estudiantes de primera y segunda», expresó en un contudente comunicado el Consejo Interuniversitario Nacional, al informar que en el resto de las universidades no hubo aumento de partidas para los gastos de funcionamiento.
El acuerdo informado por el Consejo Superior de la UBA incluye una actualización interanual del 270% para los gastos de funcionamiento de la universidad y del 300% para los hospitales universitarios. Según señalaron a través de un comunicado, la inyección de fondos permitirá una planificación presupuestaria viable. De igual forma, las autoridades universitarias advirtieron que las sumas «siguen siendo insuficientes para cubrir todas las necesidades de la institución».
La noticia fue confirmada por el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti, en su cuenta de la red social X. «Gracias a que la sociedad se expresó con contundencia en defensa de las universidades públicas, el gobierno actualizó los gastos de funcionamiento de la UBA (aprox. 300%) para que no tenga que cerrar. Es un triunfo de todos los que apostamos a la educación para un mejor futuro», posteó el exdiputado radical.
Gracias a que la sociedad se expresó con contundencia en defensa de las universidades públicas, el gobierno actualizó los gastos de funcionamiento de la UBA (aprox. 300%) para que no tenga que cerrar. Es un triunfo de todos los que apostamos a la educación para un mejor futuro.
— Emiliano Yacobitti (@Yaco_Emiliano) May 15, 2024
Preocupación por los salarios y partidas no actualizadas
A pesar de la suspensión de la emergencia presupuestaria, la UBA mantiene «un estado de alerta y profunda preocupación en materia de recomposición salarial». La universidad hizo un llamado urgente para que se llegue a un acuerdo entre el Poder Ejecutivo Nacional, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y los representantes sindicales de las universidades nacionales, con el fin de garantizar un salario justo para los trabajadores docentes y no docentes.
El Consejo Superior también manifestó su preocupación por las partidas presupuestarias que aún no han sido actualizadas o que han sido discontinuadas, especialmente aquellas relacionadas con Ciencia y Tecnología, Extensión Universitaria y programas de infraestructura universitaria.
El reclamo de las universidades nacionales
Más allá de la situación de la UBA, la disputa por el financiamiento universitario continúa en el resto del país. Otras instituciones de educación superior -ya sea del AMBA o del interior nacional- no alcanzaron ningún arreglo con las autoridades y reclaman que se les transfiera el mismo nivel de fondos que la Universidad de Buenos Aires recibió.
Así lo comunicó el Consejo Interuniversitario Nacional, en el que se detalla que «es inadmisible que se actualice el presupuesto solo para una universidad». El CIN exigió «un incremento igual» para todas las universidades públicas del país: «No aceptamos que haya estudiantes de primera y segunda».
El CIN está compuesto por al menos 60 institutos universitarios nacionales. Ellos insisten insisten en la necesidad y urgencia de que el Estado les transfiera el monto de dinero requerido para garantizar su normal funcionamiento y el dictado de clases.
El 23 de abril, amplios sectores de la sociedad protagonizaron una masiva movilización a la Plaza de Mayo en reclamo por la falta de recursos para las 36 universidades nacionales. Cerca de 800.000 personas participaron en la marcha, logrando unir múltiples sectores del sistema universitario, el sindicalismo, la sociedad civil y la oposición política en defensa de la universidad pública. Esta movilización aumentó la presión sobre el Gobierno, que hasta entonces había mantenido una postura confrontativa frente a las demandas de las universidades.