El presidente Javier Milei ha reiterado sus cuestionamientos a la educación superior, afirmando que “no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y a los ricos”. En respuesta, centros de estudiantes de diversas universidades han convocado asambleas para definir nuevas protestas que comenzarán el próximo lunes.
Desde distintos puntos del país resuena una frase: “Es la primera vez”. Universidades y facultades, tradicionalmente caracterizadas por su parálisis institucional, se preparan para movilizarse contra el veto presidencial que derogó la Ley de Financiamiento Universitario, una decisión que no pudo ser revertida en la Cámara de Diputados.
En la antesala del debate legislativo del miércoles pasado, alrededor de 28 facultades se encontraban tomadas o en vigilia, mientras se organizaba una multitudinaria marcha federal en el Congreso y en las principales plazas del país. A pesar de estos esfuerzos, la determinación del oficialismo se mantuvo, provocando una intensificación del descontento entre el movimiento estudiantil.
La respuesta de los centros de estudiantes y grupos autoconvocados fue inmediata tras el revés en la Cámara baja. Se promovieron clases públicas, cortes de calles y cacerolazos que culminaron con la ocupación de facultades y rectorados. En un contexto de creciente movilización, más de 20 universidades fueron tomadas o tenían permanencias de activistas durante el fin de semana largo.
Entre las primeras instituciones en avanzar en estas acciones se encuentran las universidades de Mar del Plata, La Plata, General Sarmiento y Salta. En la Universidad Nacional de Rosario (UNR), se decidió en asamblea tomar la Facultad de Humanidades, y tras la sesión en Diputados, el descontento se replicó en otras facultades.
La presidenta del Centro de Estudiantes de Humanidades y Artes de la UNR, Violeta Finocchiaro, señaló: “La primera toma fue la punta de lanza del proceso de lucha que estamos encarando ahora en toda la ciudad, luego del veto de Milei”. La asamblea interfacultades que se llevó a cabo el jueves reunió a más de mil estudiantes, quienes acordaron intensificar las acciones.
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) también ha visto un inusitado nivel de movilización, con una asamblea interclaustros que ocupó varias facultades, incluyendo la de Derecho, una acción rara en la rica historia de la UNC. La Universidad Nacional de La Matanza (Unlam) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) han seguido el mismo camino, con asambleas convocadas para el inicio de la semana.
El clima de protesta se intensificó después de que Milei, en un acto en el ex Centro Cultural Kirchner, arremetiera contra el rol de las universidades públicas. “La verdad incómoda de la educación argentina es que la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos”, afirmó el presidente. Este tipo de retórica ha reavivado el malestar entre los estudiantes, quienes ven en sus palabras un ataque directo al sentido común de muchas familias argentinas.
Contrario a la afirmación de Milei, el Anuario Estadístico de 2022 revela que el 47,8% de los nuevos inscriptos en universidades e institutos públicos nacionales son primera generación en sus familias en acceder a la educación superior, lo que contradice la noción de que la universidad es solo para privilegiados.
Los comentarios del presidente alimentan aún más el descontento en los centros de estudiantes, federaciones y gremios universitarios que exigen un mayor financiamiento para la educación superior. Se anticipan asambleas en una diversidad de instituciones, incluyendo la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y la Universidad Nacional de las Artes.
En la UBA, donde la lucha por el presupuesto ha resonado con fuerza, se convocaron asambleas en todas las facultades, comenzando con las de Filosofía y Letras, Psicología y Veterinaria. El movimiento estudiantil espera que estas acciones se amplíen en las próximas jornadas, incluyendo un nuevo paro nacional de 24 horas anunciado para el jueves.
Violeta Finocchiaro enfatizó: “La idea de las tomas es que sean en coordinación y que podamos llenarlas de sentido político, como cine-debate, actividades en las distintas carreras y clases públicas. Queremos que sea una lucha activa frente a un gobierno que le declara la guerra a la educación pública”.