En diciembre de 2022, tras dos años y medio sin elecciones, y con algunos sucesos previos al Congreso Nacional, la Federación Universitaria Argentina renovó su Mesa Directiva donde fue electa presidenta Piera Fernandez de Piccoli, estudiante de la Universidad Nacional de Río Cuarto, la primera del interior en conducir el gremio estudiantil nacional.
“Es una situación que probablemente uno le cuesta mucho imaginarse, que ve como muy lejana, entonces, de verdad que se siente como un enorme, orgullo y alegría poder estar representando a una universidad del interior del Interior, digo yo siempre”, comenta a Data Universitaria. “Pero, a su vez, también conlleva una responsabilidad muy importante, porque creo que tiene que ver también con la necesidad de poner esa perspectiva, esas particularidades que tenemos las universidades de tamaño relativamente más pequeño, de territorios del interior del país, menos longevas que las universidades tradicionales”, agrega.
“También se trata de cómo uno pone toda esa perspectiva a la hora de tomar definiciones, a la hora de de dar sus discursos, a la hora de construir programas, y creo que también eso se valora mucho cuando voy transitando por las distintas universidades, y sobre todo, sentir también que hay universidades más nuevas, más pequeñas, que en algún punto se sienten representadas porque se dan cuenta de que uno realmente entiende cuál es la realidad que se vive allí”, señala Fernandez de Piccoli.
– Ser de una Universidad del interior te da otra perspectiva, quizás. Porque muchos pensaran que las instituciones más pequeñas o que tienen menos estudiantes, tienen menos dificultades…
– Yo te diría que los problemas muchas veces hasta son los mismos. Probablemente, la capacidad de movilización y la visibilidad sea más compleja de construir, pero, no por eso no hay. Nosotros en la Universidad Nacional de Río Cuarto tenemos una lucha histórica con la cuestión del transporte público, como todo el movimiento estudiantil Argentino. Particularmente este año en Río Cuarto, hubo un cambio en el sistema de transporte lo cual lo ha deteriorado absolutamente y está todo el movimiento estudiante movilizado, en la organización de marchas, en la participación de las comisiones, en los medios. Hace una semana atrás este estuve en la ciudad de Pergamino en la UNNOBA donde allí también estaban los estudiantes haciendo una juntada de firmas para pedir la extensión de un colectivo hasta una de las sedes de cursado que tenían los estudiantes que está a 7 km de la ciudad y nos llega el transporte público. Pensamos en transporte y pensamos en boleto, y también pensamos en las grandes ciudades, digo, la Federación Universitaria de Buenos Aires está en este momento juntando firmas porque comienzan las clases y le van a cerrar la estación de subte que llega a la facultad. Hay cuestiones que son transversales, quizás como uno teje y debe construir estrategias para visibilizar eso de cara a la sociedad, probablemente sean distintas, probablemente una ciudad más grande es más fácil acceder a los medios, es más usual hacer movilizaciones que sean masivas, pero no por eso no hay puntos en común en las problemáticas y en las miradas que tienen los estudiantes sobre los problemas que tiene la Universidad y las ciudades también.
La nueva presidenta FUA está imprimiendo una agenda de reuniones con las federación de base, recorriendo universidades, reuniéndose con autoridades superiores de Educación, como con el ministro Perzcyk, hace algunas semanas atrás, donde plantearon la preocupación por la situación económica, las becas Progresar y otras problemáticas, a la vez de soluciones que el movimiento estudiantil encuentra para estas.
– Como decís hay problemáticas que son transversales a todos los estudiantes del país, como el transporte. ¿Qué otras te manifiestan los estudiantes cuando recorren las universidades?
– Sí, lo primero que se ve mucho y que de ahí derivan muchos otros desafíos o problemáticas que estamos enfrentando los estudiantes, es que el contexto socioeconómico, la crisis que estamos atravesando realmente está impactando de manera directa sobre el ingreso, la permanencia y el egreso de los estudiantes en la universidad pública, y esto genera luego una serie de problemas. En primer lugar que tenemos un sistema de becas, en particular las becas progresar que son nacionales, con montos que están absolutamente atrasados y que no alcanzan hoy en este contexto para el sostenimiento real y efectivo en la educación superior, entonces, necesitamos aumentar los montos de las becas ya, necesitamos además repensar los criterios. En segundo lugar, el problema de los alquileres el acceso a la vivienda en términos generalizados es un problema para la juventudes en la Argentina, en particular, el movimiento estudiantil impacta directamente sobre los alquileres cuando nos trasladamos a las ciudades, porque no solamente las universidades grandes o históricas como hablábamos recién reciben estudiantes de la región o de otras provincias, también lo hacen las universidades más pequeñas del interior, también las universidades más nuevas, y hoy la verdad es que tenemos una ley de alquileres que generó los efectos contrarios a los que quiso producir en sus inicios, que el Congreso tiene frenado el debate, que no hay oferta de viviendas para alquilar, que no hay precios de referencia, y creo que ahí también el sistema educativo mira para otro lado, como «si bueno, ese es un problema de los inquilinos, no de los estudiantes», y no, los estudiantes somos una parte importante de quienes alquilan en todo el país. Por mencionarte algunos más, la vinculación con el nivel medio, hoy se notan cada vez más en la universidad las desigualdades profundas que existen en la escuela secundaria y creo que ahí la universidad pública debe hacerse cargo de manera urgente. Y por último, también una cosa que estamos notando mucho y que estamos laburando, es la cuestión del acceso a la salud mental en los estudiantes universitarios que, sobre todo post pandemia, preocupa y debe ocuparnos.
– Esto último que decís de la brecha enorme, e histórica a la vez, entre la escuela media y la universidad, que creen que se podría hacer?
– Esta desigualdad es histórica, yo creo que sí, pero también tenemos que ser conscientes de que el gran problema de la educación argentina viene desde la década de los 90, que destrozaron el sistema público a nivel medio educativo, y creo que también hay que decirlo, porque hay que hacer memoria sobre esos procesos y sobre cómo nos han condenado como país esas decisiones. Sobre la cuestión qué es lo que se puede hacer, pensando también un poco en las estadísticas que veíamos, yo creo que ahí hay como dos procesos distintos. Uno tiene que ver con fortalecer muchísimo los espacios de orientación vocacional y acá tenemos que darnos también debates profundos, porque, es probable que no para todos sea un interés estudiar una carrera universitaria y es normal que así sea, lo que es importante es que en la Argentina, con la educación pública, estudiar una carrera universitaria sea una oportunidad para absolutamente todos, y lo primero que también tenemos que ser conscientes es que existen sectores en la Argentina donde piensan que la universidad no es para ellos y ahí es donde tenemos que hacer un primer esfuerzo de también ir a buscar esos sectores, buscar esos jóvenes, adultos, esas madres o esos padres, esos trabajadores para incluirlos dentro del sistema, porque eso es educación pública. Tenemos universidades que son de calidad, de excelencia, un prestigio a nivel internacional, tenemos con que. Hay que fortalecer mucho la orientación vocacional, porque hay muchos casos que tienen que ver con que no se entusiasman en las carreras, con que luego las cambian. Hay que incorporar también mucha innovación en los procesos de aprendizaje, en las técnicas pedagógicas, y fundamentalmente, lo que creo es que hay que fortalecer los acompañamientos y las transiciones. Cuando digo que la universidad pública debe hacerse cargo de generar equidad cuando vienen con inconvenientes desde el nivel medio, nos pasa esto, llegan a la universidad y hay que trabajar sobre lecto comprensión, hay que trabajar sobre cuestiones básicas de matemática, lo dicen las evaluaciones Aprender, no lo digo yo. Hay que trabajar sobre eso, habrá que fortalecer más los cursos de ingreso, hacerlos más extensos en el tiempo en el primer año, paulatinamente ir acompañando con trayectos académicos más breves que puedan ir fortaleciendo estos espacios. que también sean reconocidos académicamente, porque, sino nos pasa que pensamos carreras cada vez más extensas y, la necesidad que tenemos hoy es justamente de que se vayan reconociendo los trayectos académicos más breves como un mecanismo de incentivos, que facilita el acceso al mercado laboral. Tenemos que repensar además la Universidad completamente, porque el estudiante Full Time, como se concebía antes, ya no existe en términos mayoritarios, hoy la gran mayoría de los estudiantes trabaja, más en este contexto, un montón de personas que son adultos con hijos a cargo, hogares enteros a cargo.
Las transformaciones no pueden ser pequeñas. Estamos en un contexto, donde las transformaciones tienen que ser estructurales, integrales, y creo que tenemos grandes oportunidades para hacerlo como universidad pública porque, además, nuestro sistema pensado desde el cogobierno, con la participación de todos los claustros, nos permite tener debates mucho más profundos sobre cuáles son los cambios que hay que hacer, y tienen que ser también de cara a la sociedad argentina, no tienen que ser aislados de eso
– Este es un año muy particular en Argentina. Celebramos 40 años de democracia, en un año electoral además, ¿Qué agenda política, más allá de todo lo que contaste, tiene el movimiento estudiantil para proponerle a quien asuma el gobierno nacional?
– Si, sin duda, lo hemos hablado bien al inicio de la gestión con el resto de las fuerzas que conforman la Mesa Ejecutiva de la Federación Universitaria Argentina, y este es el principio primordial, la idea de construir acuerdos. Lo que les mencione es, justamente, que la idea es post PASO poder realizar un documento con los consensos básicos del movimiento estudiantil de cara al Gobierno que se viene, esa es una cuestión que ya la hablamos. La realidad es que estamos en una situación muy crítica de la Argentina, yo creo que el peor de los problemas que estamos atravesando es la incapacidad de los partidos políticos mayoritarios de realmente establecer consensos amplios que nos permitan como sociedad salir de la crisis en la que estamos, y en cualquiera de los ámbitos. Eso hace, por un lado, que no perduren las políticas en el mediano, ni en el largo plazo mucho menos, pero, también hace que la sociedad argentina se sienta sin rumbo, que la sociedad argentina empieza a descreer de lo público, de los políticos que se sienta desanimada, resignada, y ahí la dirigencia política toda también es responsable de que empiecen a crecer discursos que son tan peligrosos para la democracia argentina, como los que estamos viendo que cobran fuerza hoy lamentablemente. Entonces, creo que ahí si la dirigencia no tiene responsabilidad, si la tiene que tener el movimiento estudiantil, si tenemos que tener en claro cuál es el rumbo, muchos de los puntos que yo te mencionaba antes, como diagnósticos, y a la vez propuestas, que venimos trabajando, son cuestiones que las venimos tejiendo de alguna manera con las otras fuerzas. La idea es poder establecer consensos básicos de cara a la educación que se viene, para acercárselos a los candidatos, y siempre con las certeza -y lo mencionamos ayer también con el ministro- de que el movimiento estudiantil gobierne quien gobierne, y a pesar de la heterogeneidad de los contextos que que nos ha tocado atravesar, tiene banderas que son inclaudicables, y la defensa del derecho a la educación es, por supuesto, la primera y eso es absolutamente innegociable gobierne quien gobierne y nos va a mantener siempre apostando por la unidad del movimiento estudiantil y por la expansión y la garantía de los derechos de los estudiantes