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Reina la preocupación en las Universidades Nacionales por el financiamiento 2024

Luego de que el gobierno de Javier Milei decida a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia prorrogar el presupuesto del año 2023, las universidades nacionales ven con incertidumbre el inicio de 2024, en un panorama desalentador, con la inflación empeorando día a día ante la desregulación de los precios y el aumento de tarifas. El congelamiento de los recursos, una vez más, usara como una contundente variable de ajuste a la educación superior.

Mediante el Decreto 88/2023 del Poder Ejecutivo Nacional, publicado el 27 de diciembre de 2023 en el boletín oficial, se dio paso a la prorroga del Presupuesto 2023, que ya entro en vigencia este 1° de enero. La medida implica que durante el 2024 las partidas presupuestarias serán las mismas que para el año a punto de concluir.

Durante el año pasado, las Universidades publicas funcionaron con un presupuesto, aprobado en enero del 2023 en el Congreso, de 770 mil millones de pesos, el cual fue modificándose con el correr de los meses para hacer frente a la inflación. En septiembre, en un plenario del CIN, se formuló y presento lo que serían las pretensiones y objetivos presupuestarios de las casas de altos estudios con un incremento de 2,5 billones de pesos, alrededor del 300 por ciento, para funcionar durante 2024. Esto, todavía está en el aire, tras no ser tratada ni aprobada la ley de presupuesto 2024.

«La universidad claramente no puede funcionar si pensamos tener el mismo presupuesto ejecutado en el año 2023. Ya lo que nosotros pagamos de insumos y servicios a valores de enero del 2023 no van a ser los mismos valores en enero del 2024, aunque no aumentáramos los salarios. No hay forma de que la universidad funcione todo el año. Los créditos te alcanzarán para algunos meses», decía el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Enrique Mammarella, cuando aún no estaba oficializado esto.

“Lo que pedimos no es un presupuesto aspiracional, ni apuntamos a que con esto las universidades vayan a desarrollarse y crecer, sino que es el mínimo para abrir las puertas, porque vamos a tener un problema muy grande cuando haya inconvenientes con las tarifas, los comedores universitarios, las becas o los insumos para investigación”, había manifestado Víctor Moriñigo, rector de la Universidad de San Luis, tras la reunión con las nuevas autoridades nacionales en educación.

Al prorrogar el presupuesto, entienden que se tomarán los salarios de diciembre y se los multiplicará por 13, el ritmo inflacionario del último mes implicaría que su valor real se reduciría a la mitad en un par de meses. Si se girara en enero la partida del mismo mes, pero de 2023 (sin los aumentos que se hicieron durante el año), no alcanzaría ni siquiera para el primer mes de 2024. En cualquiera de los dos casos, los cálculos más optimistas estiman que los fondos podrían evaporarse antes de mitad de año. 

El ex secretario de Políticas Universitarias y rector de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), Oscar Alpa, advirtió que la urgencia es contar con los fondos «para pagar los sueldos de enero». Ante la prorroga del presupuesto señaló que espera que sea «del ejecutado», debido a que en diciembre ya tenía un 160 % de aumento y que «Igual no alcanza, porque el promedio nos va a dar un 80 %», detalló y exclamo que «nos va a faltar otro 80 %. Nos podría faltar un tercio de presupuesto para el año que viene, pensando que no hay ningún aumento salarial«. 

«Seguramente se mantendrán los gastos de funcionamiento de 2023, que es un tercio de lo que tendría que estar presupuestado. Las tarifas van a aumentar muchísimo más y estaremos quizás con un 20 o 25 % del valor que necesitamos para gastos de funcionamiento en todas las universidades», explicó Alpa a medios locales.

Por su parte, el rector de la Universidad de Rosario, Franco Bartolacci, dijo a medios locales que “La reconducción del Presupuesto 2023 a los mismos valores para el 2024 es absolutamente insuficiente para hacer frente a toda la programación de actividades que tiene por delante la universidad”.

El conjunto de docentes universitarios de todo el país también está en alerta. Aunque la paritaria del sector cerró un 10 por ciento de aumento para febrero, y a la espera de retomar las negociaciones, ya hay quienes advierten que «no va a alcanzar para cubrir la inflación de diciembre y enero”.

«Vemos con preocupación cómo están aumentando los precios. Vamos a tener la reapertura de nuestra paritaria en febrero del año próximo. Y lo que vamos a pedirle al Gobierno es recuperar lo que estamos perdiendo por inflación, que va a ser muchísimo«, dijo Daniel Ricci, titular de la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun).

“En el marco del desfinanciamiento de las políticas públicas, el congelamiento del presupuesto universitario significa que las universidades van a ver paralizado su funcionamiento«, dijo Federico Montero, secretario de organización de CONADU.

De continuar este escenario, las casas de altos estudios de todo el país no podrán pagar los sueldos y esto impediría no solamente el inicio de clases sino una crisis educativa inédita en la historia de nuestro país.

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